En los caminos de la vida
Esse foi o meu primeiro conto publicado num site literário. E foi também o primeiro a ser traduzido e publicado na revista Expresiones - Literatura, Arte y Cultura.
En los caminos de la vida.
Traducción: José Rafael Hernández
Sabine Marins - Brasil
Ana dejando a un lado su vanidad lleva las maletas y cierra. El marido le reclama.
.- ¿Necesitabas tirarla así tan fuerte?.-
.- Si vas a empezar a reclamar es mejor desistir y no ir.-
.- Vamos, no intentes avergonzarme.-
Entran en el carro, esta vez Ana pone cuidado en no tirar la puerta. No está para oír sermones.
Son las cinco de la mañana, ellos salen de Río con destino hacia Arraial D'Ajuda, en Bahía.
Los niños han quedado dormidos en casa de la abuela, estarán allí por una semana…
Ella pensó que sería una buena oportunidad para relajarse, pero ya comenzaba a dudar … Ah… Bueno, lo mismo seria ir sola, piensa.
Cierra los ojos y aprovecha para dormir. En ese punto todo esta bien, a Rogelio le gusta manejar, sin importarle hacerlo hasta por 1000 Km. en un día.
Mientras Ana duerme, él va pensando:
.-Realmente necesitan ese viaje, no soportan mas la rutina. De la casa al trabajo, del trabajo para la casa.
Y, cuando llega a la casa para descansar… No. Tiene que resistir sus lamentos, bregar con los niños y por la noche dormir mal a causa de hacerlo junto con sus dos hijos.
Mira a su esposa durmiendo… Esta tan distante. Apenas conversan ya que ella siempre esta cansada o ocupada atendiendo los niños… Ah… y también está ese maldito computador… Si, ella pasa horas enfrente de esa maquina. Dice que está trabajando o estudiando. ¿Será?. Ha oído tantas historias de personas que se conocen por Internet, se apasionan y hasta se casan…
Enciende el radio, Ana reclama. El no le da importancia. Tiene derecho de oír, en fin él conduce y ella duerme…
Como a las ocho despierta. La música suena a un volumen apropiado para el horario. Estira el brazo y baja el volumen del radio.
.- Que ocurre.-
.- ¿Cuál es el problema? ¿Qué te incomoda? Yo conduzco y tu duermes.
.- No. Yo quiero llegar hoy allí.-
.- No voy a conducir a 160 Km. por hora, afortunadamente el auto está a tu nombre, si soy multado el problema es tuyo.-
.-¿Puedes pasarme un sandwinch? Tengo hambre.-
Ella estira el brazo hacia el asiento trasero y toma uno. Los había hecho en la víspera. De varios rellenos. Habían de salpicón y de jamón y queso.
.- ¿De que lo quieres?.-
.- De queso esta bien.-
Desenvuelve el papel aluminio, toma una servilleta y un jugo de uva envasado. Le da uno, que come rápidamente y abriendo la ventanilla intenta lanzar los desperdicios por ella.
.- Detente, no ensucies la carretera. Yo traje bolsas para los desperdicios, metelos aquí.-
.- Ah… Por el amor de Dios. ¿Estarás con la basura dentro del automóvil? ¿Y el olor? ¿Crees que porque yo deje de lanzar esos papeles afuera, va a haber alguna diferencia? Todo el mundo hace lo mismo… - Sin importarle los reclamos de la mujer termina por lanzar todo por la ventanilla. Ella con la bolsa en la mano, la dobla y devuelve a la guantera.
No está con paciencia como para hacerle un discurso a las ocho de la mañana. Total, no tiene la voluntad para seguir perdiendo su tiempo dándole explicaciones a ese cabeza dura. Este viaje es para intentar entender lo que últimamente ha sido difícil. Ana suspira… Sabe que debe tener mucha paciencia. Pero, vale la pena intentarlo. Tienen ya siete años de casados, dos hermosos niños y muchos planes que hicieron en el pasado.
La única cosa que ella no había planificado, ni pensado, era como seria estar solos. La casa siempre estaba llena de ruidos. Pero, dentro de ella un vacío se había formado. El silencio y la soledad se habían apoderado de su ser. Rogelio le pide que revise el mapa, ahuyentando sus pensamientos.
.- Acabamos de pasar por Campos. Mira cuantos kilómetros faltan para Victoria.-
.- 259 Kms- Calcula ella y cierra el mapa.
.- Como a las 5 de la tarde estaremos llegando a Arraial D´Ayuda.- dice él animado.
Ana mira por la ventanilla, pasan sobre el puente del río Paraiba. Ella nota que varias familias viven por allí. Niños vistiendo con harapos se ven solos a la orilla del río. ¡Y sus hijos siempre tan bien cuidados!…
.- Cuanta injusticia hay en el mundo. Tantas diferencias sociales… Mira como viven esas personas. ¿Será que no sueñan?.-
.- Claro que sueñan, si no morirían. Solo que sueñan con una bicicleta, con un televisor, cosas posibles dentro del mundo en que viven.-
Ella los observa, él tiene razón. A veces la sorprende. Piensa donde andará aquel hombre por el que se apasionó. ¿Será que aun lo ama? ¿Pasará así con todas las parejas casadas? Que el sentimiento se transforma en rutina, soledad, indiferencia… Está confusa y espera que este viaje de alguna forma ayude a recobrar el equilibrio.
Están cerca de Linares. Se detienen para almorzar en un restaurant a la orilla de la carretera. Ana va al baño, se cepilla los dientes, lava su rostro y conversa consigo mismo, mientras su imagen se refleja en el espejo.
.- Muchacha, usted escogió su destino. Que hará de acuerdo a la dirección que tomen las cosas, yo no sé-
Rogelio está abasteciendo de combustible el vehículo cuando ella sale del baño, el habla con otro viajero como ellos. El hombre es de Sao Paulo y viaja acompañado de su novia. Ella nota el cariño con que se tratan. Un día también ellos fueron así… ¿Será que ya no es lo mismo?.- Ella se pregunta.
La carretera es larga, con pequeñas ondulaciones, en algunos trechos no se ve el paisaje. Los kilómetros van quedando atrás. Ana piensa en lo parecido de la vida a una carretera. Piensa en la dieta que ha ido posponiendo desde hace tiempo.
“Ahora tengo 65 Kg, aspiro llegar a 58. Tengo que trazarme metas e irme deshaciendo de esos kilos extras así como dejo los kilómetros en el camino.”
Piensa ahora en su vida, recuerda sus tiempos de la universidad. En esos momentos, como se divertía… Viajes con amigos, intercambio con profesores. Época buena, ella sonríe…
.- ¿En que estas pensando?.- le pregunta Rogelio.
.- ¿Quieres controlar mis pensamientos?.-
.- Te estas riendo, cuéntame, quiero reírme también.-
.- Pensaba en mi época de soltera. Una vez pasé un carnaval aquí cerca, en Iriri. Vine con un grupo de 20 personas, alquilamos una casa. Fue tan bueno… -
.- Imagino… ¿Viniste sola o con algún novio?.-
.- Ahhh, tu siempre con los celos, yo aun no te conocía…-
.- No importa, yo tengo celos de tu pasado.-
.- ¿Dime por qué?.-
.- Porque me gustas mucho.-
.- ¿Gustas? ¿Estas seguro de eso?.-
.- No comiences Ana. Con esas cosas que se te han metido en la cabeza.- aumenta el volumen del radio. Comienza a cantar Andrea Bocelli y como él lo adora, le da oportunidad a ella a volver con sus pensamientos.
Recuerda su fiesta de matrimonio, lo feliz que estaba él ese día. ¿Dónde estaba mi carretera en ese punto? Todavía al principio. En Campos tal vez… Continua analizando, el nacimiento del primer hijo seria Victoria, el del segundo Linares, la decisión de dejar el trabajo para cuidar exclusivamente los dos hijos estaba entre esas dos ciudades.
Pero ¿Dónde es que me perdí? ¿Cuándo dejé de tener el placer, de creer en mis sueños?. Eso esta en algún punto del camino. Tal vez en la próxima ciudad. Toma el mapa y busca. Rogelio se alarma. Después se calma, a ella no le gusta ver los mapas.
Ana pone la mano sobre Linares, va siguiendo una línea hasta Itabuna. Ese es el punto donde aun no han llegado. Mira cuales son las opciones para llegar a esa ciudad.
Tienen el BR10 que es el camino mas corto y fácil. Definitivamente ese no es el que ella ha pensado.
Mira una carretera secundaria. Una carretera de tierra. El mapa indica que es de difícil acceso, con muchos huecos y mal conservada.
Pronto, me veo. En esa carretera que me perdí. Cayendo en uno de esos huecos, la batería del celular descargada, el neumático pinchado, estoy perdida, sola en la lluvia. Es así como me siento. Perdida en la carretera de la vida. ¿Qué puedo hacer? ¿Cuáles son las decisiones que debo tomar? ¿Dónde podré detener el auto para que la lluvia no me moje? ¿Será que algún otro auto tendrá la mala idea de pasar por esta carretera? Pienso que no. No puedo contar con ayuda.
Toma el mapa, eran 24 kms. Ya ha recorrido unos cuatro, restan veinte. Tal vez hay un pueblo en medio camino, o una persona a caballo que la ayude a llevarle hacia algún teléfono. En la peor de las hipótesis tiene que caminar 20 kms.
Se prepara para salir del carro, pero de repente siente recelo. ¿Y si se encontrase con algún animal por el camino? ¿Un bandido? ¿Un loco? Ya sé… Esta confusa, sin saber que decisión tomar. Se siente paralizada. No consigue decidirse. Mira el mapa nuevamente. Su destino esta tan cerca. ¿Qué lo impide?
.- Miedo.- habla alto sin percatarse.
.- ¿Ah?.- pregunta Rogelio.
.- Nada, no.- Continua pensando, percibiendo que ha hecho un gran descubrimiento. Es el miedo el que le impide proseguir con sus sueños. El miedo de no conseguir. Miedo de fallar. Es lo que le está impidiendo esforzarse.
A notado que por esa razón a desistido sin intentar. Es fácil no arriesgarse, pero nunca sentiría el placer de alcanzar. Percibe que ha estado estacionada en medio de una carretera desierta. ¿Es eso lo que quiero para mí? ¿Pasar aquí el resto de mi vida?
¿Y la playa que tanto quise? Zambullirme en el agua tibia, mientras el sol dora mi cuerpo..
No, no puedo continuar así. Necesito enfrentar mis propios desafíos. Abrir la puerta del auto, sentir las gotas de lluvia mojando mi cuerpo, mi cabello. Sentir un placer enorme con esos pensamientos, y prestar atención al hombre que se aproxima en bicicleta.
.- Hola. ¿Quiere dar un paseo? Voy hasta el pueblo. He estado observado el auto desde mi casa toda la tarde.- él señala a lo alto de la colina- pensé que podría ser un asaltante y no quise aproximarme, pero ahora que ha salido del auto he visto que es una persona de bien. ¿Tiene problemas?.-
.- Si, pienso que me perdí. Estoy comenzando a creer en mi corazón, es el único que sabe hacia donde me va a llevar. Acepto su proposición agradecida.-
Ella se sienta en la grupa de su destino… Abre los ojos y se da cuenta que están llegando a Puerto Seguro. Falta muy poco para alcanzar el objetivo. Mira a Rogelio. Le da un beso.
.- ¿Qué fue?.-
.- Estoy feliz ¿Vamos a cantar?.-
.- ¿Cantar? Ya se… Comienza así… -
.- Ella lo acompaña y se toman la mano.
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